Es hora de ponerse guapa de abrazar el recuerdo y de perdonar aunque sea casi imposible pensar que se puede acariciar la mirada frìa de la indiferencia.
Mas lo haràs tu alma es humilde sabe usar su furia dignamente sin matar.
Es difìcil no poder dejar que mis palabras, ocupadas en reflexiones griegas, se enreden con las de los otros. Cuànto quisiera tener a Sòcrates aquì a mi lado! jajajaja