mercoledì 26 ottobre 2011

Una voz

Hace unos dìas, viendo videos de conferencias en TED, me dì cuenta de còmo el hecho de que muchas de las narraciones fueran en primera persona, acompaniadas de pequenias anécdotas personales y detalles ìntimos, volvìa los argumentos mucho màs interesantes y màs profundos en un sentido humano.

Pensando en esto, y en còmo el hablar desde la vida personal de un tema en particular cambia la perspectiva del aprendizaje y nos vuelve quizà màs receptivos hacia la informaciòn-emociòn de los demàs, recordé episodios parecidos en mi vida, en los que me topé de frente con autobiografìas (recuerdo la primera parte de la autobiografìa de Simone De Beauvoir "Memorias de una joven formal") que me estrujaron interiormente durante semanas. Era como si al leer los recuerdos de una vida, los reviviera en mì de alguna forma, de una forma ajena. Yo sentìa lo que alguien màs habìa vivido, a mi manera y desde un pasado distinto, pero habìa un hilo de humanidad que entrelazaba mis suspiros con los de una mujer que habìa decidido plasmar las lìneas guìa de su vida en forma de voz viva.

Escribir desde adentro, poniendo en juego nuestra propia experiencia, exalta nuestra vulnerabilidad. El anonimato a veces ayuda a decir tantas cosas, eso lo sabemos muy bien. La cuestiòn que me interesa subrayar es el valor de la palabra viva, humana, con nombre y apellido, y genealogìa. Hablando desde mì misma me abro al mundo y me entrego, y me siento desnuda, pero también sé que me vuelvo màs real. Mis palabras ya no vienen de una masa informe de conceptos que pretenden la universalidad, rechazo el pedestal de lo absoluto, para quizà encontrar màs firmeza y màs convicciòn, màs cordialidad. màs apertura, màs cuestionamientos, en la cruda y desnuda y hermosa realidad de una vida humana.

Por fortuna hay varios ejemplos de esta manera de comunicar, pero no creo que sean suficientes para impregnar al mundo. La ciencia misma podrìa ser parte de un juego comunicativo màs lùdico y mòvil. Aunque parezca casi contradictorio querer unir conceptos abstractos y leyes a experiencias de vida fluctuantes e imprevistas, no es imposible que todo lo humanamente posible se una en un abrazo. No solamente el arte, las humanidades, las ciencias sociales, la psicologìa, etc. tienen la posibilidad de levantar la voz desde la vivencia cotidiana. Es una capacidad de todos, desde cualquier àmbito humano. Cuando se nos olvida que eso somos, cualquier còdigo, fòrmula, frase, canto, mirada...corre el riesgo de volverse un mero hecho hueco y cerrado.

Pero còmo pretender entablar una relaciòn con los demàs cuando yo misma(o) no tengo confianza en mi historia personal? cuando no le doy el valor a mis experiencias, cuàndo no puedo dejar de citar a éste o a aquél para darle sustento a lo que creo que es justo? El camino hacia adentro es arduo, la posibilidad de mirar hacia atràs y darle significado a lo que hemos construido no es la cosa màs fàcil del mundo. Muchas veces seguimos caminando sin siquiera pensar en lo valioso de cada segundo, de cada instantànea de nuestro paso por el mundo.

Luego viene el contacto. Si todos tuviéramos la capacidad de hablar desde la profundidad de nuestra vida, desde el recuerdo; desde el presente sin olvidar còmo se han conformado las lìneas de nuestras caras, las arrugas, las manchas, el paso de los anios, lo aprendido y lo desaprendido (que es muy importante). Si pudiéramos ser capaces de no olvidarnos, quizà podrìamos escuchar a los demàs sin la pretenciòn de saberlo todo; sin querer clasificarlo y meterlo en una caja. Escucharìamos la orquesta de su alma, con todas las voces que la habitan. Y volverìamos a activar el mundo, volverìamos a amar y ser amados.