mercoledì 8 gennaio 2014

A veces ella me ha dicho que aquí ya hay mucha agua
pero yo sé que es dulce y eso la hace tan diferente.
Ella quisiera que yo sonriera todo el día, que tragara toda esa sal
no le importa el grito que detiene con su mano hipócrita.

No sé si es la misma que me dice que hay que desconfiar
desconfiar de los cambios que en realidad conforman mi canto.

Las dos están enojadas, y tienen mucho miedo,
y aunque las siento dentro
no me gusta que se nieguen a cantar.

La sal purifica la voz, y la hace cantar
Desconfiar puede irse volviendo una nota de confianza también,
y eso es lo que sé porque lo escucho debajo de una roca
que acabo de mover.

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